lunes, 26 de diciembre de 2016

"Una imperfecta flor inglesa" de Concha Álvarez.

“Una imperfecta flor inglesa”
Elena, la antigua heredera de la casa MacGowan, es una mujer fuerte a pesar de las quemaduras sufridas durante la infancia que la mantienen alejada de la sociedad victoriana. Cuando su tío le comunica que abandone su hogar comprenderá que su vida se encamina al desastre. Pero sin dote ni un título jamás conseguirá un esposo. Desesperada, reclamará sus derechos de nacimiento, aunque el resultado es tan desalentador que al cruzar una calle no verá un carruaje que se acerca a toda velocidad.
El cochero es un hombre grosero y detestable. Un antiguo conde francés, llamado Laramie Devereux, cuya tragedia personal ha marcado su existencia y del que se rumorea que, gracias al contrabando de opio, ha obtenido una enorme fortuna. En un arranque de furia el conde la juzgará como mujer y la hallará imperfecta a causa de las quemaduras.
Sin embargo, el destino y una partida de cartas los unirá de nuevo. Gracias a la insensatez de su prima, Elena aprovechará el acusado desconocimiento de las normas sociales de Laramie e ideará un plan para engañarle.

Opinión:

¡Qué pedazo de novela! ¡Qué bonita! ¡Qué bien escrita!
“Una imperfecta flor inglesa” es una de esas historias que no puedes dejar una vez las empiezas, porque todo en ella engancha. Desde la maravillosa y fluida narrativa, la fuerza de los personajes y lo apasionante de la trama.
Leerla esta novela ha sido como retroceder en el tiempo, como tener entre las manos una de aquellas primeras novelas que leía siendo apenas una adolescente y que fueron las responsables de mi amor por este género. Vamos, que es una novela cien por cien Romántica, así, con mayúscula.
Tiene esa esencia, ese nosequé que en los últimos tiempos parece haberse perdido (y con esto no quiero desmerecer ni criticar a nadie, porque se siguen escribiendo historias impresionantes y maravillosas, solo que como en esta vida, la romántica también ha ido evolucionando con el paso de los años).
Con esta historia, he vibrado, me he emocionado y la he disfrutado como si tuviera nuevamente dieciséis años (¡qué más quisiera! Jejeje) y ese algo que me ha llevado a recordar las novelas de antaño, es uno de los factores que convierte a esta obra en especial y maravillosa.

He dicho uno de los factores, sí, porque la trama también me ha parecido brillante, la forma en que se conocen los protas, el ingenio que demuestra Elena para hilar un plan que la unirá definitivamente a Laramie Devereux sin importarle las consecuencias, porque el destino que de otra manera la aguarda le resulta bastante peor; las reacciones de él, la presencia de un malo malísimo que complica aún más las cosas entre ellos… como ya he dicho, al más puro estilo de la clásica novela romántica. Que ojo, no por recordar a esas antiguas novelas resulta desfasada, recurrente o tópica… ¡Para nada! Todos esos detalles se te olvidan mientras la lees, ni se te pasa por la cabeza compararla con nada que ya hayas leído.
La ambientación también estupenda. Como la fluidez de la prosa, que se incita a leer y leer, porque ya no solo es estupendo lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Un gustazo para los sentidos, de verdad.

En cuanto a los protagonistas, decir que son maravillosos. Elena, a pesar de su aspecto, de su situación, tiene una fortaleza sorprendente, no se amedranta ante nada ni nadie y a medida que avanza la novela, su fuerza y su confianza crecen y nos muestras a una mujer maravillosa y leal.
De Laramie, decir que me he enamorado de él, no desde el minuto uno, porque de mano se comporta de forma un poco grosera y ruda, pero sí desde el minuto dos. Un hombre orgulloso, dolido y rencoroso pero que sabe apreciar el talento, el buen carácter y la inteligencia de la mujer que tiene al lado, aunque se niegue a reconocerlo. Esa manera suya de captar los detalles que hacen de Elena una mujer especial, ha sido lo que más me ha gustado de él. Su mal genio y su puntito desagradable tampoco me han desagradado porque forman parte de su encanto y porque sabes que más pronto que tarde, esa faceta desaparecerá cuando esté con Elena.

Sobre el resto de personajes no me quiero extender, son varios los que tiene peso sobre la trama, complicándola o suavizándola, depende el momento, pero todos me ha parecido bien definidos y coherentes.

Y por último solo puedo decir que si no has leído aún “Una imperfecta flor inglesa”, deberías hacerlo ya, porque te estás perdiendo una gran novela.



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