Las Entre-Historias son capítulos extra que hacen a la historia que narra la serie Moteros, que tienen que ver con los protagonistas de la novela a que se refieren (en este caso, Harley R.), pero no forman parte de ella. Digamos que son algo así como unos apetitosos bocaditos extra para aliviar el gusanillo romántico. Por esta razón, te recomiendo que respetes el orden de lectura para no perderte nada: primero, Harley R. y después Harley R. Entre-Historias.
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Tras el emotivo intercambio de regalos y confesiones entre Evel y Abby, la relación sentimental de la pareja avanza a todo gas. Profesionalmente, las cosas también van viento en popa. Los diseños de arte corporal de Abby causan sensación y como el verano es una época propicia para lucirlos, no solo han empezado a lloverle encargos, también invitaciones para participar en ferias y exposiciones. Evel, por su parte, compagina una ya de por sí cargada agenda de trabajo en su taller de tuneo de vehículos de colección por encargo con un nuevo proyecto; la fabricación de su propia línea de vehículos customizados. La pareja se apoya mutuamente y ve con gran satisfacción el triunfo del otro. Interiormente, sin embargo, los dos anhelan una vida diferente, una en la que conseguir pasar tiempo juntos no resulte una labor tan complicada y frustrante.
También es tiempo de cambio para los allegados a la pareja. Amy empieza a darse cuenta de que, muy a su pesar, su interés por Dylan es mayor de lo que pensaba. Sabe que él continúa muy enfadado con ella y no le pondrá las cosas fáciles. Lo que no sabe es que la suerte ha tocado a la puerta del irlandés y él acaba de conseguir el trabajo ideal; uno que lamentablemente para Amy, pondrá aún más distancia entre los dos de la que ahora existe.
Y mientras que el presidente del club de moteros The MidWay Riders, Conor Finley, cansado de la frialdad hacia él que Andy se trajo puesta del encuentro motero de Barcelona, decide tomar el buey por las astas, un suceso inesperado está a punto de cambiar radicalmente la vida de Dakota y Tess…
Me ha encantado este aperitivo que la autora nos ofrece mientras esperamos la tercera entrega de la serie moteros.
Como de costumbre y con esa forma que ella sabe hacerlo, nos encontramos con una novela coral en la que cada personaje cuenta con su minuto de gloria, con su parte de protagonismo. Encabezados por Evel y Abby, que intentan compaginar su vida laboral con la personal, aunque la primera parece que cada vez les roba más tiempo y verse se convierte casi en un imposible. cada encuentro, robando minutos de aquí y de allá, será explosivo... a duras penas logran dominar la pasión y el deseo que sienten (no siempre lo consiguen jejeje). Con esta pareja disfrutaremos de momentos tiernos, emotivos, pasionales y alguno muy muy sensual. Porque el chico parecía muy "modosito" pero... en fin, que más de un suspiro se me ha escapado. Y Abby, que está loquita por sus huesos pues no se queda atrás y menuda pareja incendiaria (momentazo en el taller... no digo más que me encantó).
Otra pareja que destaca, como no, son Dakota y Tess, que dan sus primeros pasos como pareja consolidad, estrenando buhardilla y nuevas situaciones a las que no se habían tenido que enfrentar mientras vivían cada uno por su lado. Y aunque por un momento me pusieron nerviosita perdida, al final "mí" Dakota supo manejar la situación. Eso sí, Patricia nos ha dejado, no sé si decir con la miel en los labios o atacadita, con estos dos... toca esperar para averiguar qué pasa.
Con los que sí nos ha dejado con la miel en los labios ha sido con las otras dos parejas en ciernes, Dylan/Amy, Conor/Andy. Los cuatro están pero no están; quieren pero no ceden... vamos que me da a mí que la próxima entrega de Moteros va a dar mucho de sí, porque aquí hay tema y varios frentes abiertos que estoy segura, Patricia sabrá explotar.
A pesar de ser una historia más bien corta la he disfrutado, como siempre, porque las historias de esta autora, aunque cuenten con una pareja protagonista nunca dejan al resto de lado, y al final la serie es una especia de mega novela en la que cada protagonista tiene su momento pero siempre están ahí, contándonos cómo les va la vida después de encontrar al amor de su vida, poniéndonos una sonrisa en los labios o dándonos alguna que otra sorpresa.
¡Me encanta el estilo inconfundible de Patricia Sutherland!
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