Una mujer insignificante
Penelope Murray acaba de quedarse huérfana y la escasa herencia de su padre pasa a manos de un familiar lejano, el coronel Burton-Jones. La joven carece de encantos para encontrar un marido y tampoco pone demasiado interés en ello. Como con su exigua renta casi no puede vivir, acepta compartir la casita de campo en la que vive una prima de su padre, en el condado de Morningdale, al sur de Inglaterra. Lo que desconoce Penelope es que uno de sus vecinos será el atractivo, malhumorado y cruel coronel Burton-Jones, un hombre amargado por un terrible secreto que lo destrozó.
Ninguno de los dos espera que la vida los sorprenda y, sin embargo, una atracción devastadora que ambos tratarán de refrenar los arrastra sin remedio...
Opinión:
Una historia maravillosa, sencilla y tierna que me ha recordado un montón a las historias de hace (muchos) años, no sé si por la ambientación, la trama o los protagonistas en sí, el caso es que me la he ventilado en un abrir y cerrar de ojos y no porque la historia sea cortita (que lo es), sino porque una vez que empiezas a leer ya no puedes dejarla. Las batallas dialécticas entre Penelope y el coronel son ingeniosas y divertidas, ponen de manifiesto el fuerte carácter de ella, su inteligencia y su coraje y nos muestran a un hombre que, aunque resentido y amargado por un secreto que lo consume, también posee sentido del humor, no le falta inteligencia y que disfruta provocando a la muchacha por el simple placer de verla rebatir sus palabras.
La atracción que sienten el uno por la otra, incitada en principio por la curiosidad, es evidente desde el mismo instante que sus miradas se encuentran. Poco a poco la curiosidad inicial dará paso al verdadero interés y sin que se den cuenta, afloraran los sentimientos.
Confieso que siempre me han gustado los protagonistas masculinos un poquito gruñones y atormentados y el coronel Burton-Jones es de esos... es evidente que me ha enamorado. Si amargura le lleva a ser desagradable, déspota y grosero con cualquiera que se le ponga a tiro sin el menor remordimiento (sí, es un poco cabroncete). Pero estos protagonistas son los mejores, porque los ves evolucionar, notas los cambios de actitud y como, sin apenas ser consciente de ello, se enamora perdidamente de la chica, y todo sin perder un ápice de dignidad ni su esencia (porte, autoridad... vamos que no se convierte en un blandengue).
En cuanto a Penelope, decir que me ha gustado muchísimo. Es una mujer que a pesar de su aspecto, de su falta de roce social y su maltrecha situación económica, tiene las ideas claras y firmes convicciones. Es decidida, inteligente e ingeniosa... vamos, la mujer ideal para el gruñón del coronel.
Y aunque ya he comentado que la novela es corta, la trama se desarrolla de manera fluida, sin prisas ni atropellos, cada cosa en su momento y con una ambientación estupenda que, sin exceso de descripciones, te permite visualizar cada escena, cada momento y reunión. Y además, está estupendamente bien escrita, porque Marcia Cotlan, además de contar maravillosas historias de amor, escribe de cine.
"Una mujer insignificante", una novela totalmente recomendable para una tarde más que agradable.
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