Luces y sombras, de Ana Álvarez.
Lucía es enfermera, y empujada por su amiga íntima acepta un
trabajo temporal en un centro de deportes de riesgo en la Sierra de Gredos. El
lugar está gestionado por la familia Navas y cada uno de los cuatro hijos lleva
una parte de las actividades.
Nada más llegar allí, Lucía se topa con Álvaro, el mayor de los hermanos; un hombre desagradable, hosco y con un pasado turbulento que profesa una intensa animadversión contra las mujeres desde su separación matrimonial.
Solo la hija de este, la pequeña Berta, logrará un acercamiento entre ambos, lo que hará que Lucía descubra que él no es lo que aparenta… y quizá tampoco sea cierto lo que se cuenta de él.
Nada más llegar allí, Lucía se topa con Álvaro, el mayor de los hermanos; un hombre desagradable, hosco y con un pasado turbulento que profesa una intensa animadversión contra las mujeres desde su separación matrimonial.
Solo la hija de este, la pequeña Berta, logrará un acercamiento entre ambos, lo que hará que Lucía descubra que él no es lo que aparenta… y quizá tampoco sea cierto lo que se cuenta de él.
Opinión:
Leer a Ana Álvarez siempre es un
placer, sus historias resultan adictivas, tienen ese algo, ese ingrediente
secreto que no tod@s encontramos a la hora de escribir, que atrapa, que
engancha, que no te permite soltar la novela hasta llegar al final. Y no porque
nos cuente grandes hazañas, intrincados enredos o misterios imposibles de
aclarar. No, lo que Ana Álvarez comparte con nosot@s son vidas, vidas con
momentos divertidos, tristes, apasionados e incluso con malos, muy malos
momentos… son historias muy reales, para mí muy creíbles. Y lo son porque se
sienten, se sufren y disfrutan junto a los protagonistas.
En este caso, ambos personajes están
marcados por un pasado plagado de sombras,
que de una manera u otra han dejado huella, afectando su carácter, su
actitud ante la vida, su manera de comportarse según qué situaciones… Sombras
que poco a poco y sin pretenderlo, irán despejando juntos.
Me ha encantado lucía, por su actitud
positiva y luchadora, porque a pesar de todo ha sabido salir a delante y no
deja que su pasado la condicione, al menos no siempre. Es inteligente,
decidida, leal e íntegra, una profesional competente y una amiga formidable,
que sabe ver, desde un principio, lo atormentado que está Álvaro. No hace
juicios, no atiende a chismorreos y valora a las personas por los actos que ve
por sí misma.
Y Álvaro, ¡madre mía este hombre!
Creo que nunca o pocas veces me había topado con un personaje tan borde y
desagradable, pero me ha pasado como a Lucía, a pesar de sus desplantes, de sus
malos gestos y lo déspota de sus respuestas, quise creer que debajo de todo aquel
rencor había más, mucho más. No todo podía ser como decían. No, pero mejor lo
conocéis por vosotras mismas. Porque merece la pena compartir ese verano en el
centro de ocio con esta pareja, pendientes de cómo poco a poco van derribando barreras,
abriéndose el uno al otro pero sin terminar de acercarse, manteniendo esa
distancia de seguridad que les permite estar cómodos y sentirse a salvo de
sufrir.
De los secundarios, además de
Sonia, la alocada amiga que arrastra a Lucía hasta la sierra de Gredos y el
guapísimo Sergio, uno de los hermanos de Álvaro, que juntos pasaran un más que estupendo
verano. Carolina, Quique y Antonio completan la familia que está al frente del
centro de ocio. Y por supuesto, no me puedo olvidar de este personajillo que en
cierta manera es la responsable de que Lucía y Álvaro se descubran, ella es
Berta, la hija de Álvaro. La niña es un cielo y como digo, será gracias a ella
que los protagonistas pasaran tiempo juntos, aprendiendo a tolerarse en un
principio, disfrutando de la compañía más tarde.
En cuanto a la trama y la ambientación,
ya he mencionado que la primera no es enrevesada ni complicada, pero sí está
bien hilada. Todos los cabos del pasado, todo los hechos que poco a poco se van
desvelando están bien atados y nada parece sacado de la manga en el último
momento. Es una historia redonda. En cuanto a la ambientación, la verdad es que
ahora mismo no sabría decir si cuenta con muchas descripciones (más bien me
suena que no), pero lo cierto es que no he tenido problemas para imaginar el
fantástico lugar que la autora ha inventado para nosotr@s. Las cabañas, las
actividades, las caminatas por el monte o las rutas en bicicleta… vamos que a
una le entran las ganas de calzarse las botas y salir a disfrutar de la
naturaleza.
Una vez más, dar mi enhorabuena a
la autora por esta estupenda novela. Gracias por crear a estos personajes tan
humanos, tan perfectamente imperfectos, con los que disfrutar.
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