
“Más que amigos” de Ana
Álvarez.
Han pasado dieciséis años desde el epílogo
de ¿Solo amigos? Los
niños han crecido, Fran consiguió la niña que anhelaba y tal como se preveía
los tres chicos Figueroa acaban enamorándose de la preciosa Marta.
Ésta, incapaz de decidirse por uno de ellos
se marcha a Londres para aclarar sus sentimientos. A la vuelta no tiene dudas
de que es Sergio quien para ella es más que un amigo.
Él es marino mercante y ella una abogada
entregada a su profesión, la relación entre ellos está plagada de largas
separaciones y breves periodos juntos con las complicaciones, inseguridades y
celos que una relación de este tipo conlleva.
Opinión:
En
serio, creo que debería empezar a leer las sinopsis antes de ponerme con un
nuevo libro… o tal vez no. Al no hacerlo me llevo sorpresas (a veces estupendas),
sustos tremendos, especulo con lo que
está por venir… vamos, que si voy sobre seguro con la novela, porque ya he
leído a la autora y sé lo que puedo esperar de ella, pues como que no necesito
hacerme una idea de lo que se esconde tras un título, prefiero ir
descubriéndolo por mí misma y como digo, sorprenderme con los acontecimientos
(aunque también me he llevado más de un disgusto).
¿Por
qué os suelto este rollo?, pues por lo de siempre, porque de esta novela sabía
que era la primera historia de los hijos de los protagonistas de “¿Más que
amigos?” y poco más.
Por
eso, al empezar a leer y cuando Marta regresa a España esperando poder tomar
una decisión con respecto a los chicos Figueroa, no tenía ni idea de a quién
iba a escoger. Bueno, imaginé que a Hugo no, demasiado joven para ella en aquel
entonces. La cosa tenía que estar entre Javier y Sergio (recordad que no me
había leído la sinopsis) y confieso que me quedé prendada de Javier y que crucé
los dedos para que Marta lo escogiera él.
No,
no me decepcionó que el elegido fuera Sergio, porque al final era el que tenía
que ser, porque entre ellos, desde siempre, existía una conexión especial.
De
todas formas, hay un momento en la novela, en el que volví a tener la esperanza
de que lo de Marta y Sergio no cuajara y que realmente el hombre de su vida
fuera Javier (que me ha gustado a mí este hombre)… pero de nuevo volví a fallar. Pero estas cosas pasan cuando tres chicos
encantadores se enamoran de la misma chica, que quieres que se quede con todos
o al menos con tu favorito.
El
caso es que una vez entendí que Sergio era el elegido y que no había vuelta de
hoja, porque eran la pareja ideal y estaban loquitos el uno por la otra, pensé:
«¿Y ahora qué?».
Sí,
porque esta relación empieza siendo ellos muy jóvenes y todo es como muy
idílico y perfecto… no veía yo de dónde sacar chicha para seguir con la novela
sin que resultara una pastelada. Pero una vez más, la autora ha sabido darle
emoción, empuje y dinamismo a una historia que, de mano, temí iba a ser un poco
sosita. Le ha dado realismo a la relación de la pareja, ha dibujado unos
protagonistas creíbles e imperfectamente humanos, que comenten errores y meten
la pata cuando sienten que las cosas no son cómo les gustaría que fueran,
cuando la vida que han elegido vivir les condiciona y les complica la
existencia, sobrepasándolos.
Con
Marta y Sergio he vivido instantes maravillosos, tiernos y divertidos. También me
he enfadado mucho con los dos en un momento dado y reconozco que Sergio llegó a
caerme hasta mal (y a Marta le hubiera dado un par de collejas), pero solo
durante un rato, que conste. Y he sufrido un montón cuando las cosas se
complican más, mucho más de lo que hubiera podido imaginar al empezar a leer la
novela.
Resumiendo,
esta historia en apariencia demasiado sencilla, ha resultado ser emocionante,
divertida, intensa y hasta un poco angustiosa… ¡Vamos, que de sosa nah, de nah!,
que como el resto de novelas de esta autora, se leen en un suspiro porque su
forma cercana y amena de escribir te engancha y te sumerge en la historia.
Si
ya has leído a Ana Álvarez seguro que no necesitas que te la recomiende, si no
lo has hecho aún, pues ya estás tardando.
Ahora
lo que estoy deseando es conocer bien al sinvergüenza y mujeriego Hugo (que sé
que me va a encantar) y después, derretirme con mi favorito, con Javier.
Ganitas les tengo a estos dos.
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