sábado, 30 de mayo de 2015

"Gigoló. El amor tiene un precio"

Su novio está de viaje, sus amigas ocupadas y María ha decidido hacerlo: contratar los servicios de un gigoló por una sola noche. Sin embargo aquella experiencia de sexo pagado con un desconocido (Allen) quizá sea más trascendente de lo que esperaba. Dos años después se encuentran de manera fortuita, cuando ella está a punto de casarse con el hombre de su vida. Así descubre que Allen lleva desde entonces buscándola, y también que una noche de sexo por 500 libras ha podido cambiar sus destinos para siempre. A partir de ahí, María deberá elegir si continúa su perfecta vida tal y como estaba planificada desde que era una niña o si se deja arrastrar por Allen, un hombre tan atractivo como peligroso, y de quien no puede salir nada bueno... ¿Será capaz María de evitar a Allen? ¿Podrá seguir con su vida tras reencontrarse? Porque no hay mayor traición que ser infiel a una misma, José de la Rosa nos muestra que es posible salirse del guión y empezar de nuevo.

Me ha encantado. Es una historia muy romántica, bueno, Allen consigue que la historia sea romántica. Porque además de ser un amante excepcional y estar buenísimo,  es el hombre más detallista, original, ingenioso y atento del mundo mundial. ¿Cómo no enamorarse de él? (Y no hablo de la protagonista jejeje). Además, J. de la Rosa ha sabido generar la tensión suficiente y en los momentos adecuados, para mantenerme pegada al libro. No quiero hacer spoiler, pero hay un par de situaciones en que me apetecía comerme las uñas; he compartido la angustia, las dudas y los miedos de María. He reído y suspirado con ella. He disfrutado de ese despertar suyo, ese volver a ser ella misma después de décadas siendo lo que otros querían que fuera. He aplaudido su valentía y sus decisiones, que creo fueron las acertadas dadas las circunstancias.
De Allen poco puedo añadir, salvo que es perfecto. La manera de comportarse con María, los detalles que tiene para con ella, las cosas que le dice y hace… ains si es que era para no pensárselo y salir corriendo con él de la mano y no mirar atrás.
El que me ha sorprendido ha sido Edward, que pasó de ser un hombre atractivo y agradable, a convertirse en alguien, para mí, falso y despreciable por la forma en que trata a María, y no hay despecho que valga, el tío es un capullo en toda regla que sólo quiere tener una mujer bonita, un florero, que diga Amén a todo cuanto él diga y ordene, que no siente el menor respeto por la mujer a la que se supone lleva amando toda la vida.
Y ya puestos a soltar veneno sigo con Karen… menuda bruja la tía. Esa sí que es una falsa y además mala persona que ni es amiga ni es nada, que lo único que le importa, como a Edward, son las apariencias, el qué dirán. Todo lo que no encaje en ese mundo perfecto es rechazado. Lo dicho, una mala pécora.
Las respectivas madres (de María y Edward), aunque han intervenido poquito, me han parecido dos Señoras, a pesar de la diferencia social que las separa. Inteligentes, amables y que saben cuál es su lugar en toda esta historia.
La química entre los protagonistas es más que evidente desde el principio, pero lo que me ha hecho vibrar, lo que de verdad me ha llegado, han sido los sentimientos, las sensaciones que les invaden cuando están cerca el uno del otro, cuando se miran, cuando hablan o ríen… todo eso lo ha sabido plasmar el autor en el papel, dando fuerza a unas escenas que por sí solas pasarían desapercibidas.  
Al leer el título se puede pensar: «Esto va a tener sexo a cascoporro». Pues no, no lo tiene y no le hace falta (no quiero ser mentirosa, un poquito sí que tiene, pero lo justo), porque como digo lo que prima en esta novela es el sentir de esta pareja que necesita averiguar cosas antes de tomar decisiones.
Me ha parecido una historia intensa, pasional y también original en lo tocante al argumento y además muy bien escrita. Totalmente recomendable.
Valoración: 5/5


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