“El salto de
cristina” de Dacar Santana.
Cristina
odia su trabajo porque sospecha que su jefe es de esos pervertidos que te
espían en los vestuarios, pero no tiene alternativa, sin esos ingresos no
podría mantener a su madre y a su hija.
Un día una extraña mujer entra en su vida con una proposición laboral, y aunque ella es una persona a la que le aterran los cambios, gracias al apoyo e insistencia de su mejor amigo, acaba aceptando.
Su vida se complica cuando conoce a un hombre muy atractivo y el que creía que era su mejor amigo le confiesa su amor. Por si todo esto no fuera bastante, su jefa oculta un secreto y tal vez no sea quien dice ser.
¿Te atreves a descubrir la historia de Cristina?
Un día una extraña mujer entra en su vida con una proposición laboral, y aunque ella es una persona a la que le aterran los cambios, gracias al apoyo e insistencia de su mejor amigo, acaba aceptando.
Su vida se complica cuando conoce a un hombre muy atractivo y el que creía que era su mejor amigo le confiesa su amor. Por si todo esto no fuera bastante, su jefa oculta un secreto y tal vez no sea quien dice ser.
¿Te atreves a descubrir la historia de Cristina?
OPINIÓN:
Siempre he dicho que prefiero con diferencia
las novelas narradas en tercera persona, y es cierto, pero eso no me impide
disfrutar de una buena historia contada en primera, sobre todo si es divertida
y engancha, como es el caso de “El salto de Cristina”.
Lo que me gusta de esta forma de narrar es el
juego que puede llegar a dar… salidas de tono, golpes de humor, pensamientos ingeniosos
y todo tipo de desvaríos de (en este caso) la protagonista, amén, claro está,
de una historia con chicha, que enganche.
Desde ya os digo que “El salto de Cristina”
tiene chicha más que de sobra, ingenio, humor, ternura, amor a espuertas y un
par de Empotradores que quitan el sentido. Porque sí, hay sexo. Sexo del
calentito, del que hay que leer abanico en mano. Y no es lo más o menos
explícito de las escenas, es la forma de contarlo lo que hace que la
temperatura se dispare.
Pero no todo es desenfreno, no. También hay
mucha ternura, porque la relación de amistad que une a Cristina y a Aarón es
estupenda y especial. El muchacho, alegre, desenfadado y divertido, se hace querer desde el principio (y no solo
porque esté como un queso, que lo está), sino por la forma en que trata a
Cristina, por el apoyo que siempre le ha dado, porque es como uno más de la
familia… es el vecino/amigo perfecto.
Cristina es una chica normal, con una hija
(fruto de un amor de instituto), con responsabilidades y ningún valor para
hacer cambios en su vida. El miedo a que algo pueda salir mal y verse en una situación
peor de la que está es lo que la frena, aunque una vez se decide a probar
suerte, “a dar el salto”… es cuando empieza lo bueno, cuando aparece una
Cristina mucho más segura de sí misma, de sus capacidades y también de su
atractivo. Que derrocha energía, simpatía y que en cierta forma intenta
recuperar el tiempo perdido, los años que ha desaprovechado por tener que
cuidar de su niña (a la que adora)… al final se le acumulan el “trabajo”, las sorpresas
y también algún que otro disgusto. Y todo ello contado con maestría, humor, ingenio
y mucha ternura, porque no deja de ser una historia tierna de esas que te hacen
suspirar (algún que otro jadeo también se puede llegar a escapar… ¡Ains!,
quizás esté exagerando, pero es que tiene algunos momentos hot estupendísimos).
La he disfrutado, me ha encantado y os la
recomiendo sí o sí.
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